Un estudio sugiere que el motivo por el que hay más obesidad entre los estadounidenses que entre los franceses es el modo en que cada grupo decide cuándo detener una comida.

La investigación, desarrollada en la Universidad de Cornell (Estados Unidos) analizó la llamada “paradoja francesa”, es decir, el hecho de que las tasas de obesidad en Francia son menores que en EEUU pese a que la dieta francesa es rica en alimentos como el queso, el vino, la pasta y la repostería. Para averiguarlo, se estudió a 133 parisinos y a 145 habitantes de Chicago, en un trabajo que se publica en Obesity.

La diferencia, según los resultados, es que los franceses confían en señales internas para dejar de comer, como la sensación de estar lleno. En cambio, los estadounidenses tienden a seguir comiendo hasta llegar a algún tipo de señal externa, como que el plato esté vacío, su bebida se haya terminado o el programa televisivo que estaban viendo haya concluido. “Además –dice Brian Wansink, coordinador del estudio-, cuando mayor es el peso de un individuo, más tiende a dejar de comer cuando se lo indican señales externas y menos se guía por la propia sensación de estar saciado”.

Su conclusión es que el hecho de fiarse excesivamente de causas exógenas como señal para dar una comida por terminada podría explicar la diferencia que se observa en los índices de masa corporal entre diferentes personas y diferentes culturas.

TOMADO DE INTRAMED

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